¿Qué podemos reciclar?
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Fábricas cerradas, autopistas vacías, calles desérticas… son estampas que se repiten en todo el mundo a medida que la pandemia de coronavirus avanza inexorablemente. El parón brusco de las actividades humanas tiene, paradójicamente, un gran beneficiado: el medio ambiente. El descenso de la cantidad de desplazamientos en vehículos a motor, la disminución de la producción industrial y el consumo se traduce en menos contaminación, aguas más limpias y cielos más claros. Desde China hasta Venecia, Barcelona o Madrid, estos son algunos de los efectos secundarios positivos de la crisis sanitaria.
A medida que cada vez más ciudades de todo el mundo van sucumbiendo a las órdenes de confinamiento abundan imágenes en las redes sociales en las que aparecen animales salvajes que se aventuran en el deshabitado espacio urbano.
Habría que advertir al lector, no obstante, que en muchos de los casos se trata de noticias falsas: no es cierto que haya delfines nadando en los canales de Venecia ni elefantes que han caído borrachos después de beber licor en una plantación de té de la provincia china de Yunnan.
Aun así, sí que se han dado casos de estampas insólitas protagonizadas por especies que se aventuran a ocupar un paisaje urbano desprovisto de su trasiego habitual. En laciudad japonesa de Nara, los ciervos campan a sus anchas por las calles despejadas de los habituales turistas,mientras que en la ciudad de Oakland, situada en la bahía de San Francisco, han sido avistados pavos salvajes que se han adentrado en las instalaciones de una escuela. Más cerca, en Barcelona, se han visto jabalíes que se aventuraban en las calles deshabitadas del centro de la ciudad en busca de comida, y los expertos aseguran que en los próximos días podrían verse zorros y aves oportunistas en algunas ciudades españolas. La naturaleza parece querer recuperar el espacio perdido.
Fuente:nationalgeographic.com.es