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Septiembre 2, 2024¿Alguna vez has abierto el refrigerador y te apodera una sensación de ansiedad? Quizás has tenido problemas encontrando algo que comer entre una jungla de conservas, encurtidos, productos para untar y frascos de condimentos medio vacíos.
Tal vez te aturde tratar de decidir cuál de las sobras envueltas en papel de aluminio deberías priorizar y consumir primero. O te arriesgas a mirar dentro de un contenedor olvidado hace tiempo y encuentras algo tan asqueroso que simplemente arrojas todo a la basura.
Si cualquiera de estas situaciones te suena familiar, no estás solo.
“Frecuentemente, la razón por la que la comida se daña y se desperdicia se debe a que te olvidas que está en el refrigerador y cuando la encuentras está podrida”, indica Kohei Watanabe, investigador de tratamiento de desechos de la Universidad Teikyo, en Tokio.
En Reino Unido, casi el 60% de todo desperdicio alimentario viene de los hogares, en Estados Unidos está entre 40-50%. Las estadísticas son similares en Japón. En 2021, alrededor de 47% de los 5,2 millones de toneladas de desperdicio comestible del país se originaron en las cocinas particulares.
Las razones detrás de todos estos desechos domésticos varían, pero hay unos culpables habituales a través de las culturas y lugares geográficos.
Estos incluyen la comida “olvidada” dentro del refrigerador; la mala interpretación de las etiquetas con fechas de vencimiento; la compra impulsiva y mal planeada durante las visitas al supermercado; y una falta de conciencia generalizada sobre lo que se necesita para reducir la pérdida de alimentos.
Virtualmente casi todos los países están al tanto de estos problemas y muchos los están tratando de abordar. Pero Japón enfrenta aún más presión para encontrar soluciones porque importa casi dos terceras partes de sus alimentos.
Eso amplifica el costo económico y ambiental de desechar productos comestibles. “Japón es un país que no es para nada autosuficiente en su aprovisionamiento de comida”, comenta Tomoko Okayama, también investigadora de tratamiento de desechos de la Universidad Taisho, en Tokio.
“No es buena idea importar más comida que la que necesitamos y luego botarla”, agrega.
Como dos de los principales expertos en el desperdicio de comida, Okayama y Watanabe exploran las causas subyacentes de cómo terminan los comestibles en la basura para luego usar sus descubrimientos y concebir intervenciones basadas en evidencia.
Su último proyecto aplica técnicas de ordenamiento de la nevera para lidiar con una de las principales fuentes de desperdicio: el temido refrigerador atiborrado. Como dice Okayama, “si podemos ayudar a la gente manejar sus neveras, podemos evitar que se olviden de la existencia de la comida adentro”.
Fuente: bbc.com/mundo