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Noviembre 28, 2024La innovadora empresa de packaging Bioelements ha incorporado a su catálogo diversos tipos de empaques para alimentos tales como carnes, pescados, salsas, cereales, quesos y otros, que poseen las características óptimas de tensión, resistencia, flexibilidad, acabado y barreras que cada producto requiere. Valentina Ratmiroff, especialista en biopolímeros del laboratorio de Bioelements, explica que han logrado desarrollar fórmulas de biorresinas que responden a las más altas exigencias de barrera para oxígeno, vapor de agua y luz, sin sacrificar la biodegradabilidad que caracteriza a sus productos. Una de las empresas que utiliza estos envases es Australis Seafoods, cuyo gerente comercial, Eugenio Heiremans, comenta que el trabajo colaborativo con Bioelements les ha permitido “ir desarrollando nuevos formatos de empaque, adecuados a las necesidades de nuestros clientes alrededor del mundo”.
La inocuidad alimenticia es fundamental para evitar problemas a la salud de las personas que los consumen. Ingerir alimentos que no han sido debidamente manipulados o conservados puede producir infecciones o intoxicaciones eventualmente muy graves. Para evitar esta situación, antes de que los alimentos lleguen a nuestros platos han pasado por una serie de procedimientos que permiten comerlos con confianza. Uno de esos procesos es su envasado, el que debe considerar las características propias del mismo producto alimenticio así como del ambiente, para su empacado óptimo.
Hay 3 condiciones principales que pueden afectar la inocuidad de un alimento: la luz, el calor y el vapor de agua. Entonces, para evitar su efecto nocivo, los envases deben tener “barreras” para esas 3 condiciones, según explica Valentina Ratmiroff, especialista en Biopolímeros del laboratorio de Bioelements.
Para obtener esas barreras, en la historia del envasado se han probado distintos materiales, sin embargo, las últimas décadas los plásticos han entregado soluciones eficientes para esta labor. No obstante, el uso de los plásticos a nivel global ha causado una crisis de contaminación grave, al punto que si no se cambia el rumbo, en 2050 habrá más plástico que peces en el mar, de acuerdo a una estimación de la Fundación Ellen MacArthur.
Una transformación para evitar esa contaminación es la que propone la empresa Bioelements, que lleva una década desarrollando materiales para envases y embalajes cuyas propiedades les permiten la biodegradación a todo evento, es decir, tanto en el compostaje como en un relleno sanitario o, incluso, en el medio ambiente terrestre y acuático, en un máximo de 20 meses.
Bioelements, cuyas fórmulas están desarrolladas con una variedad de polímeros biodegradables, comenzó produciendo principalmente bolsas para retail, pero hace unos años empezó a incursionar en envases para alimentos, lo que ha significado un motivador desafío para las biorresinas -o resinas BioE- que desarrollan en sus laboratorios.
Fuente: paiscircular.cl