Los productos congelados: una alternativa nutritiva y ecoamigable que desafía los mitos

Contrario a la creencia popular, los alimentos congelados no solo son nutritivos, sino que en muchos casos superan en calidad vitamínica a sus equivalentes frescos. Diversos estudios revelan que este método de conservación ayuda a reducir el desperdicio de alimentos y ofrece ventajas medioambientales significativas.

Congelados vs. frescos: la batalla nutricional

Investigaciones comparativas con vegetales como espinacas, brócoli y arándanos demuestran que los productos congelados mantienen niveles similares o incluso mayores de vitaminas que los frescos. Esto se debe a que se cosechan en su punto máximo de madurez y se congelan rápidamente, deteniendo la pérdida natural de nutrientes.

En cambio, los productos frescos destinados a supermercados suelen recolectarse antes de madurar para soportar días (o semanas) de transporte y almacenamiento, lo que reduce su valor nutricional al llegar al consumidor.

Beneficios ambientales: menos desperdicio, más accesibilidad

Los alimentos congelados tienen una vida útil más larga, lo que disminuye el desperdicio alimentario en hogares y comercios. Según la FAO, cerca de un tercio de los alimentos producidos a nivel mundial se pierde, y los productos frescos perecederos son gran parte del problema.

Además, al permitir el consumo de frutas y verduras fuera de temporada, los congelados reducen la necesidad de importaciones lejanas, disminuyendo la huella de carbono asociada al transporte refrigerado.

¿Son realmente procesados?

Aunque técnicamente se consideran “mínimamente procesados”, los expertos aclaran que no deben equipararse con los ultraprocesados. “El congelado preserva nutrientes sin añadir aditivos dañinos”, explica la dietista Caroline Thomason.

Conclusión: equilibrio y sostenibilidad

Los nutricionistas coinciden en que lo ideal es combinar productos frescos locales (cuando están en temporada) y congelados. “No se trata de elegir uno sobre otro, sino de aprovechar las ventajas de cada opción para una dieta sostenible”, concluye Kylie Sakaida.

Fuente: National Geographic