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Ingerimos una tarjeta de crédito al año por culpa de los microplásticos

Se han encontrado microplásticos en la sangre de personas y los científicos estudian qué consecuencias tienen para nuestra salud y la del medio ambiente.

Aunque no las veamos, existen pequeñas partículas de plástico presentes en el aire, el agua, la sal, los animales y, por supuesto, en los seres humanos. Dependiendo de nuestro nivel de exposición, podemos llegar a ingerir hasta más de 100.000 partículas de microplásticos al día, afirman científicos de la Universidad de Wageningen en los Países Bajos. ¡El equivalente a comernos una tarjeta de crédito al año!.

 

¿Qué son los microplásticos?

Son aquellas partículas plásticas de menos de cinco milímetros de largo (el equivalente a una semilla de sésamo) que podemos encontrar en el medio ambiente y que son fruto de la contaminación de este material provocada por los seres humanos y la mala gestión de los residuos. Estas diminutas piezas pueden tardar décadas o más en degradarse por completo.

Los científicos han investigado los posibles efectos adversos durante casi 20 años, aunque la mayoría de los estudios se han focalizado en los daños para la vida marina. Richard Thompson, ecólogo marino de la Universidad de Plymouth, Reino Unido, acuñó el término en 2004 al descubrir estas pequeñas partículas en las playas británicas.

Desde entonces, los científicos han encontrado microplásticos en cualquier parte en la que hayan buscado: en el agua en todas sus formas, ya sea en los océanos, la lluvia, el agua potable, en la nieve del Ártico y el hielo de la Antártida; en mariscos, sal de mesa e incluso flotando en el aire. De hecho, la contaminación por microplásticos se detectó, por primera vez, en la sangre humana.

 

¿Qué tipos existen?

Todos estos contaminantes tienen algo en común: son partículas muy pequeñas de plástico. Pero no todas tienen el mismo origen. En función de esto, se dividen en dos categorías:

  • Primarios: son plásticos que originalmente fueron fabricados con ese tamaño diminuto y están presentes en productos de consumo diario. Aquí incluimos las microesferas, que se encuentran en productos de cuidado personal como cremas exfoliantes, geles de baño o pastas de dientes.
  • Secundarios: se forman a partir de la descomposición de plásticos más grandes. Es decir, cuando una botella o una bolsa se someten a la intemperie, al desgaste de las olas e incluso a la radiación del sol, ese plástico se va deshaciendo poco a poco, soltando pequeñas partículas de microplásticos.

 

¿Cómo afectan al medio ambiente?

Aún no se sabe mucho sobre el verdadero impacto que tienen, pero hay algunas certezas que ya conoces. Como que no son biodegradables y que, una vez en el medio ambiente, se acumulan y permanecen en la naturaleza durante mucho tiempo.

Como ya hemos mencionado anteriormente, estas pequeñas partículas se han encontrado en multitud de ecosistemas diferentes, incluso en lugares remotos.

Uno de los mayores problemas es que están presentes en la cadena alimentaria marina ya que se han encontrado desde en el zooplancton y en los peces pequeños hasta en los grandes depredadores marinos.

¿Qué problemas desencadena la ingesta de microplásticos por estas especies?

  • Los estómagos de las especies marinas se llenan de microplásticos.
  • Consecuentemente, ingieren una cantidad menor de alimentos nutritivos.
  • Su salud también se ve afectada por posibles intoxicaciones.
  • Es un problema que afecta a toda la cadena alimentaria, incluidos los humanos. Si comemos un pez que haya ingerido microplásticos, estos terminan en nuestro organismo.

¿Cómo afectan a los seres humanos?

Los microplásticos también son una fuente de contaminación del aire, ya que se encuentran en forma de polvo y partículas fibrosas en el aire. Así que no solo los ingerimos, también los respiramos.

¿El resultado? Sin darnos cuenta, estamos ingiriendo pequeñas cantidades de plástico cada día.

Están tan presentes en nuestro organismo que ya se han detectado incluso en nuestra sangre. Un peligroso descubrimiento que muestra que las partículas pueden viajar por el cuerpo y pueden alojarse en los órganos. El impacto en la salud es aún desconocido. Pero los científicos están preocupados porque causan daño a las células humanas.

 

Soluciones para combatir los microplásticos

Si no se toman las medidas oportunas, el problema solo seguirá agravándose. Cada año se producen casi 400 millones de toneladas de plástico, una masa que se prevé que se duplique con creces para 2050, según publica Nature.

Incluso si dejásemos de fabricar plástico mañana mismo, los plásticos presentes en los vertederos y el medio ambiente -una masa estimada en alrededor de 5 mil millones de toneladas– permanecerían en la naturaleza, degradándose en esas pequeñas partículas que contaminan los ecosistemas y aumentando la presencia de los microplásticos.

 

Impulsar la economía circular y mejorar la gestión de residuos será esencial para evitar la contaminación del medio ambiente. En este sentido, organismos internacionales como la Unión Europea ya han prohibido algunos de los plásticos de un solo uso más comunes y puesto en marcha diferentes medidas para disminuir la cantidad de microplásticos de la naturaleza.

La innovación también está trabajando en este propósito. En el siguiente vídeo podrás conocer diferentes tecnologías para conseguir liberar al mundo de los microplásticos.

Fuente: sostenibilidad.com

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